Por ahí dicen que los “gamers” de hueso colorado no se distraen con nada e incluso algunos de ellos han encontrado en el juego no solo un estilo de vida, si no la manera adecuada para ganársela.
En Moscú esta teoría se puso a prueba, mientras estaban en pleno enfrentamiento, unas chicas desconocidas que estaban en la sala de juego comenzaron a bailar con música de altos decibeles y posteriormente procedieron a despojarse de sus atuendos.
Lo curioso de todo esto es que el reporte final fue que aunque los participantes desviaron momentáneamente sus miradas, jamás perdieron la concentración en el juego, así que la mente del “gamer” puede ser en verdad algo muy poderoso.
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